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Cómo Negociar con mi Pareja

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Cómo Negociar con mi Pareja

Alguien debería hacer una ley para que se prohibieran las historias de princesas y príncipes, y se hiciera una quema pública de libros y películas que tuvieran esos temas. ¡Han sido tan nefastas para las relaciones! Nos crían haciéndonos creer que somos princesas y que algún día llegará a nuestra vida el príncipe azul que nos rescatará de todo y de todos y nos hará felices por siempre.

Pero hagamos un paréntesis. Supongamos que encontraste a tu versión del príncipe: a lo mejor no tan alto, ni tan bien parecido, sin tanto dinero y sin castillo, pero bueno, es honesto, trabajador y se quiere comprometer contigo en una relación a largo plazo. Así que le das el sí, y viven felices…por un tiempo. Por supuesto hay ajustes, estira y afloja, desacuerdos, ojos volteados y bocas torcidas, pero también hay besos por la mañana, tardes inolvidables, peleas de almohadas, apoyo mutuo, desayuno en la cama y palabras que te consuelan. En este caso, el trato es justo.

La vida sigue, a veces vienen los hijos o a veces no, y la relación va transformándose más en un estado de complicidad y apoyo mutuo, que en las 50 Sombras de Grey. Y eso está bien. Ya sobreviviste a los ajustes iniciales, conocen sus debilidades y fortalezas, se procuran y los dos van formando la relación en partes iguales, cuidándola, dándose tiempo juntos, haciendo algo especial para el otro, se abrazan desnudos y ahora sus cuerpos se reconocen mejor y a veces no es ni necesario hacer el amor, solamente se trata de sentir al otro al lado.

Cómo Negociar con mi Pareja: Lo Negociable y lo No Negociable

Cada quién vamos aprendiendo sobre la marcha qué cosas son negociables y cuáles no lo son en una relación, y es importante tener una comunicación fluida para que nuestra pareja las sepa y conozcamos las suyas también. Algunas mujeres ubican en su lista de no negociable, la comodidad de no trabajar porque tienen alguien que las mantiene, o quizás es su trabajo y no están dispuestas a renunciar a una gerencia regional que les consumirá todo su tiempo por una pareja, o a lo mejor es tener una casa y seguridad de que alguien tendrá que hacerse cargo de ellas.

Cómo Negociar con mi Pareja por Tarwe Hrossdottir-Life Coach

Para mí, lo no negociable es el amor.

Y no es porque crea en los cuentos de princesas, sino porque creo firmemente que es el fundamento de una relación de pareja, ojo, no estoy hablando de una familia, eso ya lo hablaremos en otra ocasión.  La familia no tiene nada que ver con la relación de pareja. Puedes tener una familia bonita, pero una pareja que ya no funciona y esto lo vemos todo el tiempo a nuestro alrededor o quizás varias de ustedes lo estén viviendo en este mismo momento.

Cuando las llamas intensas al encender el carbón, empiezan a ceder, se forman las brasas que dan calor por mucho tiempo. Un calor constante en el cual finalmente se puede cocinar. Pero sigue habiendo fuego y combustión. Esa es la clave, cuando las brasas finalmente han consumido todo el carbón que había entonces no se puede cocinar más. La función de cada parte es seguir añadiendo carbón para que el fuego siga vivo, pero si solamente una parte se encarga de ello, llegará el punto en el que su bolsa de carbón se termine y no haya más. Y si ninguno de los dos tuvo tiempo o interés en alimentar el fuego, entonces este se acabará mucho antes, así como si al principio solamente hay llamas intensas y viento fuerte que no da tiempo a que se forme la brasa.

Por eso para mí, el amor es lo más importante.

Todos los problemas se pueden resolver cuando las dos personas sienten amor (no cariño) por la otra.

Una pareja es un grado más de la amistad, los amigos se quieren, las parejas se aman. Para ser pareja hay que ser amigos primero, y si ni siquiera son buenos amigos, entonces revisa tu lista de no negociable porque algo ya no está funcionando.

Si tienes una pareja, obsérvala y pregúntate ¿qué sientes por ella? ¿La amas o la quieres? ¿La besas, te gusta tocarla? ¿Te sigue atrayendo físicamente? ¿Qué le das o qué haces por ella para que sepa que la amas? ¿Se siente querida y apoyada? ¿Qué haces cada semana para hacerla feliz? Y también haz la misma reflexión pero ahora de tu pareja hacia ti.

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