Cómo ser Feliz
Por Tarwe Hrossdottir
Qué es la Felicidad
La Felicidad es un término tan común, y sin embargo pocas veces le ponemos un alto a la vida y desglosamos las palabras que decimos diariamente.
“Eso me hace muy feliz” decimos, pero ¿qué significa realmente?
La felicidad se divide en tres estados y para ello vamos a usar el verbo “to be” en español.
Ser feliz y estar feliz son cosas distintas
Ser y estar no son lo mismo. Sin meterme en problemas con la filosofía, solamente diré que “ser” algo proviene del interior de uno mismo; mientras que estar, es un estado temporal.
Por ejemplo, yo puedo decir que soy artista, pero sería más correcto decir que ejerzo como artista, a menos que lo que quiera expresar sea una cualidad intrínseca a mi persona. También puedo decir que estoy cansada, y se entiende que por el momento lo estoy hasta que duerma y me reponga.
Entonces, empecemos con tres interrogantes del trabajo de introspección.
Ser Feliz
La palabra ‘eres’ es una conjugación del verbo ser, y por lo tanto define una sensación interna, algo que no depende de lo externo sino que más bien proviene de mí.
La respuesta a la pregunta ¿soy feliz? Dependerá de cómo me sienta en este momento de mi vida.
Hace referencia a una etapa, un período de tiempo que, a menos que se vea interrumpido abruptamente por alguna situación imprevista, tenderá a durar algo más que unos minutos, horas o días.
Ya sea que la respuesta sea un sí o un no (o se vale un más o menos 🙂 seamos generosos), significa que tu estado actual se ha gestado por algún tiempo y que probablemente dure algo más.
Si eres feliz o no, depende solamente de ti mismo.
Estar Feliz
A menudo nos preguntamos, si “estamos’ felices“. Quizás lo hacemos confundiendo los términos (por esa extraña similitud entre el ser/estar) o a lo mejor porque realmente no nos interesa ir muy a fondo en la respuesta, ya sea nuestra o de otra persona.
Estar feliz es una condición que puede depender de muchas cosas.
Requiere darnos la oportunidad de vivir experiencias placenteras y de tener la disposición para disfrutarlas. Porque parece extraño, pero tenemos que aprender a ser felices, sobre todo si tenemos una tendencia natural a la melancolía, la nostalgia o a la depresión.
Usualmente, las causas de estar feliz son externas y dependen más de haber encontrado un buen libro para leer, de tener una pareja con la que compartir momentos, de estar presentes en la graduación de nuestro hijo o de algo tan sencillo como tener salud para poder hacer todo lo anterior.
A diferencia de la pregunta ‘¿soy feliz?’, preguntarme si ‘estoy feliz’ no tiene tanto que ver con una sensación interna de plenitud y paz, sino más bien con que ciertas condiciones se cumplan para poder sentirme de esa manera.
Tener Felicidad
La pregunta ¿tengo felicidad? está plenamente dirigida a la obtención de algo, y casi siempre cuando esto pasa es porque lo estuve buscando o trabajando durante algún tiempo.
Cuando digo ‘esto me da felicidad’, claramente me estoy refiriendo a algo muy puntual que evoca en mí la sensación de ‘ser feliz’ y entonces ‘tengo felicidad’.
No se puede estar mal ‘siendo feliz’, incluso ‘estando feliz’, pero cuando asociamos la felicidad a un estado de posesión (del tipo que sea), si no le tenemos cuidado se puede convertir en una adicción o en una evasión.
La Felicidad como posesión
Por ejemplo, pongamos una persona que ha sido feliz en algún momento de su vida, y que además ha estado feliz. Pero por alguna razón en este momento se encuentra deprimido y comprando una TV de doscientas pulgadas, se da cuenta de que al menos por unas horas o días, ha ‘vuelto a ser feliz’. ¿Entienden lo que quiero decir?
Este tipo de situaciones son las que nos hacen dependientes de irnos de compras cuando estamos deprimidos, de comer helado hasta tener un coma diabético cuando las cosas no salen como esperaba o de salir con alguien que no me quiere, solo para sentirme medianamente contento.
Ahora supongamos que se encuentra a la pareja de su vida en una reunión con los amigos, comparten muchas cosas toda la noche y quedan de salir. Sin titubeos les responde que ‘es tan feliz’ ahora que encontró a su media naranja, pero la otra persona nunca la llama. Y entonces se engancha en una situación de codependencia o de relaciones destructivas.
La felicidad implica desapego
Este es el riesgo de ‘tener felicidad’, de decir que algo ‘me da felicidad’. Para sentir la verdadera experiencia de ‘ser feliz’, es necesario haber experimentado el desapego para, en ese vacío, probarnos a nosotros mismos que somos realmente felices.
Y no nos vayamos con clichés de estar solos y cosas por el estilo. La soledad verdadera no requiere de aislamiento exterior. Al igual que la verdadera felicidad se experimenta dentro, sin que el exterior tenga algo que ver. Hay miles de personas viviendo en soledad estando acompañadas, y muchas otras que en su soledad interior se sienten más completas que cuando tienen compañía.
Por eso la felicidad, no depende de tu entorno, de si estás solo o acompañado, si tienes el empleo de tu vida o algo momentáneo, eso es tener felicidad.
Cuando eres feliz, las condiciones externas ayudan a alimentar ese estado, pero no lo sustentan. Si eres feliz y estás feliz un día porque fuiste al cine y encontraste el nuevo cd que querías. ¡Perfecto! Tienes las tres cosas a la vez.
Pero si solo tienes el cine y el cd, te falta lo más importante, trabajar en aprender a ser feliz.
